Hay países que pasan por situaciones dramáticas, como Colombia, donde desde hace casi cincuenta años, diversos grupos armados se disputan el control de las mejores tierras de América del Sur.
Ante el desespero de la población, comunidades como la de San José de Apartadó, infortunada víctima de muchos asesinatos y masacres, consiguió unirse junto a su ex-alcaldesa, Gloria Cuartas, y, apoyados por la Comunidad alemana de Tamera, en Portugal, declararse COMUNIDAD DE PAZ, no colaboradora con ninguno de los grupos armados, sentando un modelo heróico de personas que están empeñadas en seguir siendo ellas mismas en su propia realidad, a pesar de estar siendo presionados por todas las partes en conflicto, cada una de las cuales la quieren someter a la colaboración forzada con sus intereses específicos.
Desde aquí no podemos menos que ofrecer un sentido homenaje a la determinación y el coraje de esta Comunidad, y pedir atención mundial, protección de la opinión pública y apoyo para ella y su digna y arriesgada tentativa de vivir su propia realidad.
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